lunes, 26 de enero de 2015

Ocaso en la ciudad





Tengo una afinidad particular con las luces del ocaso. La ciudad de México no se caracteriza por su generosidad con las puestas de sol, pero cuando el tiempo es bueno suelen ser muy hermosas, pintando el cielo, las nubes y los perfiles del horizonte de tonos azules, rojos y morados. En estas fotos quise jugar con la contraluz en una forma inorgánica como el metal y en otra forma muy distinta, como la de mi mano. ¿Qué pretendí con esto? Solamente experimentar. Encuentro algo melancólico en ambas fotos, pero no podría describirlo con precisión. Al final de eso se trata, de que ustedes encuentren algo ahí: una sensación, un recuerdo, o el simple gusto de los colores combinados.

-o-

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